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Brevísima reseña sobre el sexenio de Enrique Peña Nieto


Por Jorge Zavaleta
En este artículo pretendo dar un breve panorama de lo que fue del anterior presidente, para saber porque “estamos como estamos”. Durante el sexenio de Peña Nieto se implementaron una serie de reformas que se esperaba permitirían a México ser más competitivo en los mercados internacionales, siguiendo la línea de pensamiento neoclásico (el libre comercio genera crecimiento). Las reformas fueron las siguientes: la reforma laboral, la reforma energética, la reforma educativa. A continuación, se destaca lo más importante de las reformas laboral y energética:
  1.       Reforma laboral: se plantea la creación de tres nuevas modalidades de contratación; por temporada, por capacitación inicial y por periodo de prueba. Con ello es evidente que se desarrolla una mayor flexibilización del trabajo.
  2.     Reforma energética: promover la inversión privada en algunos sectores del proceso petrolero; dicha reforma incluirá además una apertura en hidrocarburos, mayor libertad financiera y de operación para Petróleos Mexicanos (Pemex) y un fuerte impulso a las energías renovables.


No se puede negar que en lugares estratégicos si hubo una mejoría en la productividad y un aumento del desarrollo económico, pero para 2014 el 55.3% de la población vivía en condiciones de pobreza. Igualmente, durante su sexenio no se generaron, en su mayoría, empleos con más de tres salarios mínimos. Además, la falta de empleo hizo que se derrochara el llamado bono demográfico. Como se observa en el cuadro si desagregamos la demanda agregada se nota que efectivamente el consumo privado creció y se mantuvo constante a diferencia de las exportaciones que han sido volátiles los últimos tres años. Curiosamente se puede observar la desaceleración de las exportaciones petroleras a partir de 2014 a un año de la entrada de la Reforma Energética, esto puede indicar, entre otras cosas, que hemos dejado de ser una economía que se sustenta fiscalmente en el petróleo, pero por lo mismo es un menor ingreso para PEMEX que cuenta con una de las mayores deudas pública. Cosa que se ha hecho uno de los temas más recurrentes durante este año.
En 2015, el dólar empezó a tomar fuerza y a su vez monedas de economías emergentes comenzaron a depreciarse, el peso mexicano no fue la excepción. En la opinión popular se cree que fue por un asunto interno y mientras que en la prensa especializada se limita al shock externo, cuando en realidad fueron ambos. La inestabilidad surgió por seis casos muy puntuales:
  1.  La caída de precios de materias primas
  2. El fortalecimiento del dólar
  3. La incertidumbre de la política monetaria de Estados Unidos: la implementación de política monetaria restrictiva por parte de la FED y el fortalecimiento del dólar se traduce como fuga de capitales de países emergentes, esto provoca presiones al tipo de cambio.
  4. Posibles tasas de interés nominales negativas en bancos europeos
  5. La caída de los precios del petróleo: genera déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de los países emergentes, lo cual se traduce como una baja en las reservas internacionales; que igualmente crean presiones en el tipo de cambio.
  6. La desaceleración de China: genera déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de los países emergentes, lo cual se traduce como una baja en las reservas internacionales; que igualmente crean presiones en el tipo de cambio.

Finalmente, el sexenio terminó con una gran depreciación del peso frente al dólar comenzando en 12.77 y terminando en 18.93, a causa de esto y la liberalización del sector petrolero la inflación aumentó en 3 puntos porcentuales. Además, durante todo su sexenio la absorción fue mucho mayor que el INBD haciendo que la cuenta corriente tuviera un saldo negativo. Esta absorción se debe al aumento del gasto del gobierno, aunque se mantengan las ideas neoliberales de ajuste público. Lo interesante en esto es que para poder financiar este gasto público se recurrió a la deuda interna. Sin embargo, esta deuda fue utilizada para realizar Carry Trade (compra de bonos por parte de extranjeros), con lo cual la deuda interna se vuelve externa dejándonos en una situación delicada ante choques externo que impliquen la credibilidad del país para poder hacer frente a sus obligaciones.
Aunque el gobierno de Enrique Peña Nieto estuvo enmarcado en un constante descontento social, las variables económicas aquí observadas nos muestran una estabilidad a la baja. Con esto quiero decir que la desaceleración económica fue paulatina, como si México se preparará para dormir.

Referencias

Cordera, R. (2017). Globalización en crisis; por un desarrollo sostenible. Economía/UNAM, 3-12.
Quintana, E. (2016). La inestabilidad financiera y la competitividad en México. Comercio Exterior.
Ramirez, T., & Robles, A. (2013). Evolución y desarrollode las reformas estructurales en México (1982-2012). El Cotidiano, 37-46.

Secretaría de Hacienda y Crédito Público. (2017). Criterios Generales de Ppolítica Económica. Ciudad de México.

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