Por: Saúl Méndez Aguilar
En tiempos de coronavirus, no se han hecho esperar el
surgimiento de nuevas teorías de la conspiración, las cuales buscan dar un
propósito a la existencia de esta pandemia que ha azotado a todo el mundo.
Una de las más sonadas es que el virus SARS-COV2, el cual
provoca el nuevo coronavirus, fue creado intencionalmente en laboratorios bajo
el pedido del gobierno chino, esto con el fin de atacar de manera certera a la
economía de los Estados Unidos, país con quien disputa ser el nuevo eje
económico mundial.
Si suponemos que lo anterior descrito es cierto ¿puede
realmente China ser la nueva hegemonía mundial? ¿Qué tan factible es que China
desplace a los Estados Unidos de este puesto?
El historiador económico Angus Maddison en 2001 publicó
su libro acerca de la economía mundial, donde expone de manera concisa cuales
son las características que han tenido los países hegemónicos a lo largo de
1000 años de historia económica. A continuación, se enlistan dichos puntos:
1) Poder tecnológico: Es decir ser una nación la cual
vaya adelantada en este factor, la cual puede diseñar y fabricar aparatos
tecnológicos de alto calibre sin la necesidad de importarlos.
2) Poder militar: Esto referente a que un país tenga una
gran fuerza armada con numerosos elementos.
3) Poder financiero: Poseer una gran cantidad de deudores
alrededor del mundo, así como tener un sistema financiero sólido.
De manera que, y con base en Maddison, si los puntos
enlistados anteriormente se trasladan al caso chino se puede apreciar que, en
los tres casos, el país tiene una gran influencia, principalmente en la
industria tecnológica, pues como sabemos y poniendo un ejemplo, las marcas de
teléfonos inteligentes Huawei y Xiaomi han elevado su número de ventas y por
ende su producción, llegando a representar gran competencia en los mercados
mundiales contra la marca Apple. Pero en otros sectores como lo es en el poder militar y
el poder financiero no son puntos focales de este país.
Haciendo un breve recuento y con datos del banco mundial,
para 2018 el gasto militar en China como proporción de su PIB fue apenas del
1.8% y 5.4% del total de gasto público, mientras que en Estados Unidos para el
mismo año el gasto militar como proporción del PIB representó el 3.1% y 9% del total
del gasto de gobierno. Sin embargo, para el año 2017 en China se registraron
casi 2.7 millones de personas enlistadas en las fuerzas armadas, mientras que
en EUA el mismo dato asciende a 1.7 millones de elementos. Una vez señalados
los datos anteriores cabe recalcar que el dominio del poder militar sigue
siendo de los Estados Unidos, ya que si bien tiene menos elementos en el
ejercito gasta casi el doble de lo que gasta China en la industria militar.
En el ámbito financiero, si bien China es el mayor
poseedor de los bonos de la deuda pública norteamericana, no cabe duda de que
EUA sigue siendo el país hegemónico, en una primera instancia dado que su
moneda, el dólar, es la moneda más transada en el mercado cambiario y usada
para la compra tanto de bienes y servicios tangibles, así como también de
activos financieros del mundo. Mientras que el yuan, la moneda de circulación
oficial de China se coloca como la octava moneda más transada en el mundo según
el reporte del mes de marzo del banco internacional de pagos (BIS) por sus
siglas en ingles. Y en segundo lugar, porque el dólar americano continúa siendo
el instrumento de atesoramiento y ahorro tanto en los mercados de las economías
avanzadas, así como en las de ingreso medio.
No cabe duda que China se ha consolidado como una
economía fuerte desde su llegada a la OMC en el año 2001. Siendo el país con
las mayores tasas de crecimiento en el mundo hasta el año 2019, cuando por
tensiones comerciales con Estados Unidos esta presentó una desaceleración.
Dichos niveles de crecimiento le permitieron consolidar una gran industria
tecnológica, poniendo mayor competencia en los mercados internacionales de
telefonía, electrodomésticos e incluso en el sector automotriz. Pero esas
ligeras carencias en la industria armada y en los mercados financieros
mencionadas anteriormente hacen que por el momento esta nación no pueda
competir por la hegemonía económica mundial por lo menos hoy, quizá en un
futuro y después de un tan ansiado repunte en la actividad económica del país
una vez pasados los efectos del COVID-19 le permitan a China consolidarse aún
más como un posible candidato a tomar la hegemonía sostenida por la unión
americana.
Referencias
Base de datos del
banco mundial, estadísticas para los Estados Unidos en: https://data.worldbank.org/indicator/MS.MIL.TOTL.P1?locations=US.
Base de datos del
banco mundial, estadísticas para China en: https://data.worldbank.org/indicator/MS.MIL.TOTL.P1?locations=CN
Maddison, A.
(2002). La Economía Mundial (1.a ed.). Ediciones
Mundi-Prensa. España
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